Extraído del Texto Sin Dios, Ni Patrones (2013)
Paginas, 78-80
Autor Víctor Muñoz Cortés.
Los años sesenta fueron testigos de numerosas convulsiones sociales en diversos puntos del planeta. Tiempos de cambio, de conflicto y enfrentamientos. Entonces muchos países estaban alineados en dos bloques enemigos que sostenían una tensa paz armada. Era la llamada Guerra Fría. Por un lado EE.UU se levantaba como la principal potencia del campo de las democracias capitalistas, mientras que enfrente la Unión Soviética lideraba a los Estados socialistas. En Latinoamérica los países reproducían de forma local los conflictos ideológicos que sacudían el mundo, en ocasiones tendiendo sus gobiernos a establecer simpatías por uno u otro bando. La Revolución Cubana significó un espaldarazo (simbólico y práctico) para los grupos izquierdistas y revolucionarios de todo el subcontinente, instalando, además, la idea de guerrilla armada como herramienta efectiva para vencer a la “burguesía y el imperialismo”. En respuesta al auge izquierdista Estados Unidos asesoró a varios países sudamericanos en su guerra contra los grupos insurgentes. La tensa paz armada era constantemente amenazada y no faltaron ocasiones en que fue quebrada con salidas dictatoriales. Sigue leyendo