La Presencia de anarquistas australianos en Valparaíso (1918)

Por Mario Araya

Extracto de la tesis de grado “Los wobblies criollos: Fundación e ideología en la Región chilena de la Industrial Workers of the World – IWW  (1919 – 1927). ”
(página 32- 38)

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IWW

En agosto de 1918 El Mercurio de Valparaíso informaba sobre el arribo de ocho proletarios deportados desde Australia, quienes según el diario habían sido expulsados por el gobierno de ese país, “por haberse mezclado en ciertas incidencias que fue necesario reprimir con energía”. Entre estos trabajadores se encontraba Tom Barker, conocido agitador inglés, tipógrafo de profesión y activo propagandista del sindicalismo industrial preconizado por la Industrial Workers of the World.

Barker había adoptado los principios de la IWW en Nueva Zelanda (Aotearoa), lugar donde fue nombrado organizador nacional de la asociación; a principios de 1914 se había trasladado a Sydney donde se convirtió en un gran referente del movimiento obrero revolucionario, y donde se consolidó como el editor del principal periódico de los IWW, Direct Action (Acción Directa)63. Desde octubre de 1917 había estado en prisión por oponerse al reclutamiento obligatorio que imponía el gobierno australiano, con el fin de engrosar el contingente militar que peleaba junto a los aliados en la Primera Guerra Mundial. Sólo 10 meses después de su encarcelamiento Barker era puesto en libertad, pero había sido expulsado de Australia y junto a sus compañeros viajaba sorpresivamente con destino a Sudamérica en el vapor “Mineric”.

Es este mismo personaje quien llega a Chile junto a otros siete deportados en agosto de 1918, arribando al puerto de Valparaíso, donde coincidentemente sólo unos días antes se instalaba la primera tentativa de organización de los wobblies chilenos. Las declaraciones que éste activo militante de la IWW australiana dio a El Mercurio fueron de un tono absolutamente conciliador, respetuoso y gentil, tanto es así que el periodista diría que Barker revelaba “ilustración y buenos modales”. Aun así, en su crónica, el corresponsal del periódico burgués pide la ley de expulsión para los extranjeros “indeseables”:

tom barker Wooblie australianoEn El Mercurio de Valparaíso se publicó la lista con los nombres, la profesión y la nacionalidad de cada uno de los deportados desde Australia: Tom Barker, tipógrafo, ingles; Sam Kipling, minero, ruso; Carl Tudland, marinero, sueco; Karl Petersen, marinero, danés; George Andersen, minero, danés; Hyman Issermann, chofer, ingles; Alexander Rosenthal, mecánico, ingles; Thomas Dillon, minero, irlandés.

Al dar cuenta del arribo de estos individuos, hacíamos ver la conveniencia de que se dictaran medidas tendientes a evitar la invasión de nuestro país por elementos repudiados por otras naciones y que encuentran aquí la más completa libertad de acción, aun cuando esta sea contraria a la moralidad o a la tranquilidad pública”.

En la entrevista realizada en la oficina de la sección de seguridad el 23 de agosto, el obrero inglés aseguraba que en su llegada a Chile se habían cobijado en los techos del ejército de salvación, donde habían sido atendidos por el jefe, señor Holm, a quien le debían eterna gratitud por su recepción. Con respecto a su relación con los obreros chilenos, Barker afirmaba:

Se han acercado a nosotros algunos miembros de federaciones obreras, cuyos nombres no recordamos por la dificultad del idioma, que ignoramos en absoluto; pero ello ha sido sólo para ofrecernos ayuda en sentido económico, lo que afortunadamente aun no hemos necesitado, debido a la generosa hospitalidad del señor Holm, y a los pequeños recursos que se nos entregaron al desembarcar. Declaramos aquí, que nadie se ha acercado a nosotros para pedirnos consejos o dirección en movimiento social alguno, como tampoco para imponernos las orientaciones de las federaciones obreras de este país”.

Pero aquellas declaraciones poco tenían que ver con los hechos. Probablemente Barker y los demás deportados decidieron no informar a la prensa burguesa sobre sus inclinaciones políticas, ni sobre su conciencia de trabajadores, ni mucho menos sobre la organización a la que pertenecían en el continente oceánico. De hecho en la entrevista, ninguno de estos elementos tuvo mayor resonancia. En realidad esta omisión tenía bastante lógica si pensamos en que en Chile, el temor a las influencias subversivas desde el extranjero estaba en un gran apogeo. Tanto es así, que cuatro meses más tarde, se decretaría definitivamente la ley de residencia, con la que Barker y sus compañeros serían expulsados del país.

Ahora bien, por sus testimonios posteriores sabemos que Tom Barker y los deportados sí tuvieron una relación de acercamiento con los trabajadores libertarios chilenos. De hecho, a su llegada inmediatamente congeniaron con quienes habían fundado recientemente un departamento de la IWW en Valparaíso. Incluso, Barker relata que al llegar a Chile se encontraron con un compañero estonio, Julius Muhlberg, quien también había sido deportado a Chile algunos años atrás.

Varias décadas más tarde, el británico contaría los pormenores de su estadía en Chile:

la IWW (Trabajadores Industriales del Mundo) en ese tiempo controlaba todo el movimiento obrero portuario de Valparaíso. Los obreros portuarios, los estibadores y los pescadores formaban parte de la IWW. Ellos tenían camas para nosotros, arreglaron para que nos quedáramos en la Unión Local, que estaba arriba en los cerros, y no tuvimos que preocuparnos por los costos de nada. Nos pasaron dinero para comprar café y pan, y luego, a la hora de almuerzo, el secretario en persona – su nombre era Juan Chamorro – vino a darnos la bienvenida”.

Pero los deportados no sólo fueron ayudados económicamente, sino que también fueron incluidos en las dinámicas proletarias de aquellos años, haciéndolos partícipes tanto de las discusiones como de la recreación obrera. Continuamos con Barker:

Chamorro solía invitarnos a comer todas las noches, era un gran amigo. El primer domingo luego de que llegamos, había tanto comentario al respecto, que el sindicato de trabajadores portuarios, afiliados a la IWW, hizo una fiesta para nosotros, un picnic al otro lado del cerro. Recuerdo caminar por esos cerros – eran bastante inclinados, como suelen serlo en esas partes de América del Sur – con un burro frente a mí. Él cargaba dos pesados barriles de vino, uno de cada lado, y yo llevaba un pollo debajo de cada brazo. Ellos iban a ser sacrificados. Lo pasamos de maravillas, nunca supe cómo los chilenos podían bailar tan bien sobre vidrio roto y piedras. Eran esplendidas personas”.

A partir de este relato nos atreveremos a hacer algunas deducciones. Primero, efectivamente los deportados de Australia se relacionaron con los wobblies chilenos. En realidad, sería muy extraño que hubiera sido de otra forma, ya que el perfil de Tom Barker correspondía al de un agitador constante, que no perdería ocasión para propagar los principios de la IWW en otras tierras.

Segundo, creemos que las relaciones de camaradería establecidas entre los deportados y los trabajadores porteños fueron más allá de las fiestas, ya que en aquellos años, la recreación y la cotidianidad estaban íntimamente ligada con las ideas, la propaganda y la acción revolucionaria, y si de conflictos de idioma de tratará, estaba Julius Muhlberg quien de seguro manejaba el español tanto como el inglés. Además, podemos mencionar que el órgano oficial de la IWW chilena se llamó igual al periódico del que Tom Barker fue editor por varios años: Acción Directa, ¿coincidencia o influencia? No tenemos verdadera certeza al respecto.

Tercero, y por último, creemos que probablemente muy pronto las autoridades nacionales se enteraron de la cercana relación que se establecía entre los extranjeros y los grupos de trabajadores marítimos de Valparaíso, por esto no demoraron mucho en aplicarles la ley de residencia – dictada en diciembre de ese año – a los deportados de Australia, con Muhlberg incluido.

En su relato Tom Barker cuenta que al ser expulsado del país llegó a Buenos Aires, donde después de ser apresado por un tiempo, se estableció organizando la Unión de Marineros Extranjeros en el barrio de “La Boca” y participando en cada huelga que se levantaba; en 1920 fue enviado por varias organizaciones trasandinas a la conferencia de sindicatos industriales en Oslo.

Fuentes:

Los ocho deportados de Australia y su presencia en Chile”, El Mercurio, Valparaíso, 24 de Agosto de 1918.

Frank Prebble, “Los primeros años del movimiento libertario en Aotearoa/ Nueva Zelanda”, versión electrónica en: http://anarkopunx.tripod.com/id43.html

Tom Barker.  http://www.takver.com/history/nz/tm/tm09.htm

Portada del periódico “Direct Action” de los wobblies australianos http://libcom.org/history/1914-2000-the-australian-iww-and-direct-action

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