Extraído de A las Barricadas
Por Ruth Kinna. Traducción de @Free_Collective
Ruth Kinna es la editora de la revista Anarchist Studies y profesora de Teoría Política en la Universidad de Loughborough. En este ensayo trata de reclamar la Navidad para las masas y recordarnos que los buenos deseos son la base del apoyo mutuo; si podemos seguir el ejemplo redistributivo de Kropotkin Claus, podemos crear un futuro que sea Navidad…

No es sorprendente descubrir que Kropotkin estaba interesado en la Navidad. En la cultura rusa, San Nicolás (Николай Чудотворец) era venerado como un defensor de los oprimidos, los débiles y los desfavorecidos. Kropotkin compartía esos sentimientos. Pero también había un lazo familiar. Como todo el mundo sabe, Kropotkin podía trazar su ascendencia a la antigua dinastía Rurik que gobernó Rusia antes de la llegada de los Romanov, la cual, desde el siglo I dC, controló las rutas comerciales entre Moscú y el Imperio Bizantino. La rama familiar de Nicolás fue enviada a patrullar el Mar Negro. Pero Nicolás era un hombre espiritual y se escapó de la vida de pirateo y bandidaje por la que su vikinga familia rusa era conocida. Entonces se estableció bajo un nuevo nombre en las tierras al sur del Imperio, ahora Grecia, y decidió usar la riqueza que amasó durante su vida delictiva para aliviar el sufrimiento de los pobres.