Educación Anarquista
Aprendizajes para una Sociedad Libre
Editorial Eleuterio (2012)
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Prólogo:
La educación anarquista hoy
Grupo de Estudios J. D. Gómez Rojas
La actual educación chilena, tanto en su estructura formal como en su sistema de gestión, a la vez que sus métodos y objetivos, planes y programas, se encuentran al centro de candentes debates suscitados desde todos los parapetos ideológicos y partidistas. En estos debates, algunos han iniciado ataques frontales a la forma y otros al fondo del asunto: desde una educación pobre en infraestructura y desfasada tecnológicamente, que no reúne las condiciones para aprendizajes que rindan provechos a las empresas –idea escondida bajo el concepto de “educación para el trabajo”–, hasta horizontes que rozan la crítica a una educación mecanicista que naturaliza la explotación, genera y potencia desigualdades, limita la creatividad del individuo y construye relaciones jerarquizadas tanto al interior como fuera de las escuelas mediante un efecto retroalimentador del medio social capitalista.
Ante este panorama cada vez más brutal, unos apuestan por una liberalización aún mayor de un “mercado educativo”; otros, por la centralización del sistema en manos de servicios estatales, derivados del principio “Estado Docente”, trinchera que ha servido y sirve para promover la intrusión de los poderes públicos en el aula y en las formas de gestión económica de las escuelas. Ambas apuestas vienen a significar más de lo mismo, aumentando el problema.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Cuáles son las posibilidades de desarrollar y construir nuevos modelos o proyectos que sean verdaderas alternativas libertarias a tanto desorden? Y de allí, ¿qué rol le cabe a los individuos, a los trabajadores de la educación en general y a la sociedad en su conjunto? Es decir, necesitamos clarificar los cuestionamientos que estamos realizando en torno a los valores, principios y formas que asumiría una alternativa anarquista, en la cual los niños, las niñas y jóvenes ya no sólo serán los receptáculos de las concepciones y moralidades del adulto o del técnico

Francisco Ferrer i Guardia, pedagogo anarquista asesinado en 1909
pedagógico, sino muy por el contrario, seres plenos, autónomos, decidores, que participan, inventan y establecen relaciones de igual a igual con las y los demás individuos de la escuela, sembrando y cosechando una nueva sociedad. Insistimos en que se hace necesario hoy más que nunca generar el debate más amplio y nutrido, fundamentado en todos los puntos de vista y experiencias que ha entregado el anarquismo al mundo contemporáneo, desde los clásicos escritos de Bakunin, Kropotkin, Ferrer i Guardia hasta los de Codello, Martín Luengo y otras. Por tanto, el análisis de las teorías y prácticas que desde hace 100 años o más vienen promoviendo los grupos libertarios, al tiempo que se establezcan líneas de acción concretas con objetivos claros, se hace preciso.
El siglo en que vivimos no puede ni debe repetir un mecanismo que a todas luces no ha beneficiado a la humanidad, sino por el contrario, ha provocado el retroceso de las capacidades creativas y naturales de todas y todos, suprimiendo derechos, manifestaciones culturales, ninguneando el arte y transformando a las ciencias en medio de reproducción de la dominación y de conocimientos sin conexión con la vida social. Frente a la educación del prejuicio, creemos firmemente en alzar una opción libertaria en el campo educativo, que enfrente a la educación autoritaria por medio de una nueva moralidad y un accionar tanto en el aula como fuera de ella sustentada en principios de libertad y solidaridad.
Frente a la educación del prejuicio, creemos firmemente en alzar una opción libertaria en el campo educativo, que enfrente a la educación autoritaria
Y sin embargo, la “nueva educación” no es más que el reconocimiento de la acción educativa de la sociedad en apoyo mutuo, que necesita tanto de la iniciativa individual como de la cooperación. Por esto es que reconocemos que los modos en que trabaja la pedagogía y la educación libertaria –tal como la describen los textos seleccionados– se sustenta en diversos valores y principios, tales como la libertad individual, la autogestión, la solidaridad, la valoración de la creatividad y la generación de un sentimiento de compromiso honesto con la autoformación, la apetencia de conocimientos y la ejercitación de las más variadas prácticas artísticas en beneficio de la colectividad. De allí que resuene la idea de una “Educación Integral” que abarque todos los senderos que contribuyan al desarrollo de las habilidades y capacidades del ser humano desde su más tierna infancia hasta el día de su muerte.
No podemos dejar de señalar que los métodos pedagógicos libertarios son múltiples y por ello no determinan un camino recto y único
Entre los elementos fundamentales, debemos tener presente que la constancia en favor de la difusión de las ideas de carácter pedagógico en los diversos medios en que se trabaja, ya sea la comunidad, el sindicato o el centro social-cultural, es un factor imponderable, pues la influencia que han tenido ciertas ideas y prácticas de educación anarquista en el resto de los sistemas educativos han permitido un desarrollo más libre y armónico de niños, niñas y jóvenes, y ha sido la constancia en la propaganda de cientos de militantes alrededor del globo lo que ha permitido que métodos como la coeducación de sexos, la educación científica, la observación en terreno, la expulsión de las religiones de las aulas, la autonomía de los centros educativos y tantas más, se hallan vuelto manifestación real y común en los salones de clases.
No podemos dejar de señalar que los métodos pedagógicos libertarios son múltiples y por ello no determinan un camino recto y único: cada comunidad debe encontrar su propia ruta en la búsqueda incansable y siempre renovada de una educación para la libertad. Comunidad autoeducativa, autogestionada y autónoma, es decir, que enseña y aprende mediante la relación de todas y todos los individuos que son parte de ella y que toma decisiones por ella misma, en completa responsabilidad para consigo. Serán entonces los más pequeños los beneficiarios de esta cambio actitudinal de la colectividad, que respeta y promueven sus derechos. Y en un mundo tan tecnologizado como el presente, volvemos a plantear preguntas acerca de la educación técnica y de la necesidad del trabajo manual e intelectual, como también de aspectos tales como la educación sexual y afectiva, de la necesidad de la educación artística como medio de expresión, sea este plástico, musical, literario. Las propuestas de una educación anarquista deben estar en concordancia con las necesidades actuales de la sociedad como también de aquellas connaturales a su existencia: no sólo un aprendizaje mecánico de las matemáticas y la informática, sino un aprendizaje de las ciencias para la justicia social, la solidaridad y el bienestar común, que la geografía sirva para demostrar que los seres humanos somos hermanos y que las fronteras de los Estados son una mentira, que el arte, mediante su lenguaje, nos permita hablar y comprendernos desde Siberia a Tierra del Fuego.
Por los motivos anteriormente expuestos es que en este libro encontrarás no sólo historias referentes a experiencias de educación libertaria a lo largo y ancho del mundo. No será una lista de nombres o biografías de educadores libertarios. Aquí, compañero y compañera, hallarás cuestionamientos e ideas para construir desde nuestra contemporaneidad y cotidianidad una educación anarquista que promueva los aprendizajes libres para sociedades libres. De allí que no podemos dejar de establecer como punto central y motivador de esta selección, las ideas de autoformación y de autogestión como hechos de vida cotidiana al interior y alrededor de los proyectos educativos. Sin embargo, también notaréis las limitaciones y dificultades que se han producido a lo largo de los años y contra las cuales se han visto enfrentados las y los libertarios. Estas no deben ni pueden desanimar a quienes luchan diariamente, aunque debemos tenerlas en cuenta: aprender de las experiencias es parte fundamental de la vida, pues las limitaciones y obstáculos para el emprendimiento de tareas educativas de carácter anarquista comprenden tanto dificultades externas como internas.
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El texto que tienes en las manos, Educación Anarquista: Aprendizajes para una sociedad libre, se enmarca dentro de las intenciones de la Editorial Eleuterio del Grupo José Domingo Gómez Rojas por ir aumentando de la mejor manera posible el acervo bibliográfico anarquista en las tierras donde vivimos. Ampliar, difundir y (re)descubrir novedosas miradas junto con puntos de vista críticos y a la vez que propositivos, es uno de los objetivos que nos hemos propuesto. Y no es casualidad entonces que un libro sobre educación anarquista sea el segundo que la pequeña Editorial Eleuterio se empeña en sacar a la luz y que reúne una serie de artículos y textos actuales que han sido publicados en diversos lugares y momentos, que en torno a ideas tales como autogestión, autonomía, enseñanza-aprendizaje, individuo-colectividad, acentúa una gran diversidad de motivos, conceptos, formas y propuestas que apuntan a uno de los temas centrales del anarquismo.
No es de extrañar entonces que la lucha social por una educación libertaria constituyó uno de los elementos centrales de la Revolución Social en la Península Ibérica. Así también, desde Yasnaia Poliana, escuela fomentada por León Tolstoi a otras como la de Summerhill, gracias al esforzado trabajo de A. S. Neill, o las escuelas nocturnas y la capacitación de obreros en sindicatos y centros sociales, permiten visualizar los auspiciosos caminos venideros para la emancipación del ser humano de todas aquellas trabas morales, políticas y culturales, que atan su persona a huesudas y éticamente muertas concepciones educativas.
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Por último, quisiéramos agradecer a cada uno de los autores que conforman esta antología, a los que están y a los que no están, sobre todo por haber pensado en los que vendrán. Especialmente, agradecemos a Héloisa Castellanos, por su disposición en la corrección de las traducciones realizadas desde el francés; a Hugues Lenoir y Silvio Gallo por el interés mostrado; y a las y los compañeros que nos ayudaron con las traducciones.
Esperamos que disfruten de la lectura, así como esperamos ver frutos en el porvenir.
¡Salud y Anarquía!
Grupo de Estudios J. D. Gómez Rojas,
Santiago, noviembre de 2012.