Detención y prisión de Gómez Rojas

En conmemoración al Asalto de la FECh y el montaje conocido como El Proceso de los Subversivos en 1920. Queremos recordar esta fecha, transcribir si un texto narrando la detención del poeta anarquista José Domingo Gómez Rojas de 24 años, el 25 de julio de un lejano 1920.

No podemos dejar de mencionar que hoy como ayer los agentes estatales y las clases dominantes buscan nuevas presas para justificar la reestructuración de la dominación Estatal/capitalista. Ayer fue cuando la policía ponía bombas en las oficinas de los trabajadores de la IWW para culparlos de supuestos terroristas, y de ser financiado con el oro peruano por ende serían «traidores a la patria». Hecho que termina con la muerte del joven poeta, que mencionamos con anterioridad. Hoy, los mismos que ayer, buscan nuevos culpables de los paquetes que recibieron un ex Ministro del Interior, una comisaría y una Inmobiliaria Transoceánica de la «familia Schiess Schmitz, es uno de los grupos económicos más importantes y influyentes de este país». Así caen los compañeros Francisco y Mónica.

A quienes dedicamos con mucho amor está transcripción del libro de Raymond Crab titulado «Santiago Subversivo 1920. Anarquistas, universitarios y la muerte de José Domingo Gómez Rojas» (LOM, 2018). El texto transcrito es desde la página 203 hasta la 205.

 

Prisiones

El 25 de julio de 1920, tres agentes de la Sección de Seguridad detuvieron a Gómez Rojas en su hogar. La causa era la sospecha de su afiliación a los IWW. El fundamento para la acusación surgió de un documento que identificaba a Gómez Rojas como uno de los secretarios de los IWW. Mucho de ha debatido sobre cuán serio era su compromiso con los IWW. Lo cierto es que su participación no era un invento de la policía, ya que el propio boletín de los IWW. En vez de buscar excusas para Gómez Rojas o intentar de suavizar su militancia y su política, lo que importa aquí es reconocer que, de hecho, los IWW no era una organización proscrita al momento en que él se afilió y que no atraía únicamente a obreros de ciertas industrias sino que suscitaba un interés bastante amplio. Sin embargo, una vez identificado como miembro y representante, se halló bajo la mirada del fiscal Aztorquiza. Fue arrestado junto con una cantidad de destacados wooblies y anarquistas, y llevados a la sección de detención y cárcel de Santiago. «Qué delito lo llevo a la cárcel?«, preguntaba retóricamente su amigo González Vera. «Ninguno. Pero era anarquista«

Nota: Wooblies: es un nombre que de les daba a militantes de la IWW

220px-Domingo_Gomez_Rojas_-_Revista_JuventudA la llegada a la cárcel después del arresto, el ánimo de Gómez Rojas permanecía elevado. El alcaide le asignó la celda 462, la misma dónde Julio Valiente había pasado un tiempo. Gómez Rojas admiraba al veterano radical y experimento un profundo sentimiento de orgullo al ocupar la misma celda en la que había estado Valiente. Leyó la inscripción que Valiente había dejado en uno de los muros de la celda «Estar preso por la libertad de un pueblo no es delito: es una satisfacción«. Gómez Rojas abrió su cuaderno y agregó su propio aforismo: «Aquí muere la libertad de los hombres, pero nace la libertad del pueblo». Le faltaba una semana para cumplir veinticuatro anos.

La estadía de Gómez Rojas en la cárcel fue breve. La cantidad de arrestados en combinación con la disposición de Astorquiza a retener a dichos individuos por períodos extendidos, mientras los agentes de la Sección de Seguridad buscaban evidencia de afiliación con los IWW o de subversión, habían tenido como resultado una situación de hacinamiento en la cárcel. El problema de agudiza con el hecho de que la definición de qué constituía de asociación ilícita era demasiado amplia, ya que desde tener copias de la revista Numen hasta que vecinos afirmasen que un sospechoso «se reunía continuamente en su pieza con varias personas que parecían ser propagandistas» eran vistos como pruebas de subversión, aunque testigos y vecinos a menudo hayan entregado testimonios contradictorios o declaraciones de las que se retractan. Mientras tanto Astorquiza expandía el ámbito de su investigación, instruyendo a los agentes a averiguar si alguno de los arrestados había estado involucrado en las recientes huelgas en Santiago. Para lidiar con las exigencias del proceso y el hacinamiento en la cárcel las autoridades emitieron un decreto que permitía que los arrestados fuesen transferidos a la penitenciaria, ubicada en el extremo sur de Santiago, a pocas cuadras del hogar de Gómez Rojas y las fábricas e industrias cuyos trabajadores se habían ido a huelga en los meses recientes.

Así, a mediados de agosto de 1920, mientras Astorquiza defendía sus arrestos en masa y e Intendente de Santiago renunciaba después del escándalo provocado por el arresto y detención sin causa de Grecco y otros, Gómez Rojas era transferido a la penitenciaria de Santiago. Allí habría de reunirse con un número de amigos y camaradas que podían disfrutar más tiempo en el patio, caminando y conversando, recibir visitas con mayor frecuencia, y escribir, leer y discutir. En algún momento a mediados de agosto, doce apóstoles subversivos posaron Paraná fotografía: Gómez Rojas con los brazos cruzados, Pedro Gandulfo inmediatamente a su izquierda y Julio Valiente a su derecha.

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Fotografías de la ceremonia fúnebre de Gómez Rojas, septiembre 1920 e imagenes tumba del compañero en el Cementerio General de Santiago, extraídas del Facebook del Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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