Libertarias: Virgilia D’Andrea, poeta anarquista italiana

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Virgilia D’Andrea

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   Maestra primaria, activista libertaria y poeta, Virgilia D’Andrea es una de esos personajes insoslayables del universo ácrata italiano. Propagandista nata, así en sus escritos como en su oratoria, enalteció su activismo gracia a sus dotes literarios -no por nada el mismísimo Malatesta la llamó la poetessa dell’anarchia-, y se convirtió en una de las figuras centrales del anarquismo de la lengua italiana del Entreguerras, tanto en la península, especialmente en Milán, como en sus exilios parisino y neoyorkino.

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Virgilia D’Andrea (1888-1933)

  D’Andrea nació en Sulmona, una pequeña ciudad de la región central italiana de Abruzos, en el invierno europeo de 1888, en una época de fuertes crisis económicas que ya habían hecho explotar la cuestión social en la península hacía más de una década. La represión de las movilizaciones de trabajadores, y en especial de las iniciativas y asociaciones anarquistas y socialistas, y los grandes flujos de campesinos y obreros que abandonan el país en búsqueda de nuevos horizontes, formaban parte del panorama social de aquellos años.

Virgilia quedó huérfana de madre siendo muy pequeña, y poco años después también su padre dejaría de existir, eliminado por su nueva esposa y en presencia de la futura poeta. En seguida, familiares decidieron enviarla a un internado religioso de la provincia, donde pasó pare de su infancia y su entera adolescencia. Bajo el estricto régimen monacal, Virgilia encontró refugio en los libros, especialmente en la poesía de Ada Negri, Giosuè Carducci y el romántico existencialista Giacomo LEopardi. Fueron estos años de soledad en el monasterio los que legarían fuertemente su vida a la literatura. Fue también en el convento donde escuchó hablar por primera vez de la anarquía, cuando en julio de 1900 las monjas obligaron a sus estudiantes a orar por el descanso del rey Humberto I, muerto ajusticiado por el anarquista Gaetano Bresci.

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«LA PLATAFORMA» por Camilo Berneri

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Camilo Bernerin

En este texto Camillo Berneri critica a la Plataforma Organizacional de los Comunistas Libertarios (de la que formaron parte Makhno, Mett, Arshinov, Valevski y Linski), a la que acusa de aceptar pasivamente cualquier idea caprichosa que se incube en las masas. Publicado originalmente en Lotta Umana, París, N°5, 3 de diciembre de 1927.

Nota The anarchist library

«El anarquismo es una ideología de masas». La «Plataforma» dice:

«La lucha de clases creada por la esclavitud de los trabajadores y por sus aspiraciones de libertad hizo nacer en el seno de los oprimidos la idea del anarquismo: la idea de la completa negación del sistema de comunidad basado sobre principios de clase y de Estado, la idea de la sustitución de este sistema por una sociedad libre y no estatista de trabajadores que se autoadministran».

Los pensadores eminantes del anarquismo han encontrado, según la «Plataforma», esta idea de la acción popular y no han hecho sino elaborarla y propagarla.

No estoy en absoluto de acuerdo con la «Plataforma». Que el anarquismo esté, en gran parte, representado y realizado en la acción insurreccional de las masas que destruyen el Estado y derrocan el dominio burgués; que la acción popular sea para nosotros la, por ser susceptible de más amplios desarrollos y más fecunda que cualquiera otra gran experiencia colectiva; que en ciertas formas políticas populares (mir, corporaciones, la comuna) se deba ver un conjunto de elementos polarizadores y actos coordinados hacia un nuevo orden autodemocrático, estoy firmemente persuadido, pero en la acción popular insurreccional veo más «efectos» anarquistas que «instintos» anárquicos; no creo que la función de los anarquistas en la revolución deba limitarse a «suprimir los obstáculos» que se oponen a la manifestación de las voluntades de las masas; veo graves peligros y no pocas dificultades en los egoísmos municipales y corporativos.

Kropotkin, historiador, ha visto claro al valorizar la acción de las masas en relación y contra los partidos y el Estado centralizador. Está, con respecto al pasado, preparado para oponerse en el terreno relativista y a observar desde el punto de vista de las aproximaciones.

[Lee «El Cretinismo anarquista» de Camillo Berneri]

El mir con sus anacronismos, el municipio medieval autoritario en su íntima estructura, el anarquismo comunalista de las masas populares en la Revolución Francesa, le parecían, justamente, fuerzas innovadoras libertarias, modernas, en función histórica del anti-Estado. Pero cuando se dirigió al terreno político y miró el porvenir, Kropotkin sublimó las masas. Hundido el Estado, queremos una potencia reconstructiva que retome y perfeccione las funciones vitales, públicas. Kropotkin lo sustituye por la iniciativa popular. Este genio colectivo, esta voluntad proteiforme y armónica a la vez, no tiene treguas ni recursos. Está saturada de anarquismo. Los anarquistas pueden confundirse con ella, ya que no hacen más que multiplicar los esfuerzos y realizar sus ideas. En todo caso no hay más que levantar una bandera en alto, indicar algún obstáculo o lanzar una idea. Como máximo abrá de rechazar la tentativa de los jacobinos de dirigir la acción popular.

Kropotkin, historiador y etnólogo, vió el anarquismo integral, potencialmente, en el anarquismo relativo de las masas en rebelión o en las masas viviendo al márgen de la órbita estatal. Con ingenuo optimismo proyectó el segundo en la revolución social del porvenir y creyó que todo debería desarrollarse, no por una serie de experiencias más o menos felices, sino en un «abrir y cerrar de ojos». Y no se dió cuenta de que si el mir era un elemento demostrativo, en el campo sociológico, de una comunidad extraestatal, era al mismo tiempo un elemento de poca importancia de cara a un proceso que abarcase toda la vida social de una nación, que en el Estado tiene gran parte de sus funciones vitales. El problema de la sustitución del carbón por la electricidad debe ser planteado y considerado en relación a una economía en la que hay carbón, hornos y existen cursos de agua y posibilidades de implantar centrales. Kropotkin, muy a menudo, te reenvía a la navegación fluvial, a las luces de petróleo y a los molinos de viento.

¿El valor de las asociaciones? Grandísimo. Pero ciertas asociaciones turísticas, de cultura, etc., tan queridas por Kropotkin son poca cosa, no recelando los contrastes y con un campo de actividad muy particular, y son muy diferentes de las sociedades obreras, sociedad en la sociedad, más que asociaciones. Albañiles y arrendatarios, ferroviarios y viajantes, productores y consumidores no se encuentran en oposición en un club de alpinistas, pero difícilmente no se encontrarán en oposición mañana, cuando deban resolver problemas en los que el interés común puede contrastar con el de las corporaciones o categorías… Por ejemplo, los mineros no están en oposición, hoy, con los campesinos. Porque el Estado hace pagar a los contribuyentes el proteccionismo concedido a los patronos de estas minas.

Pero cuando fuese el municipio de S. Giovanni Valdamo el que debatiese resolver el problema de continuar o no con las excavaciones de lignito, las asociaciones de los campesinos y las de los mineros se encontrarían probablemente en oposición. Lo mismo para los municipios. El municipio rico en agua da una contribución al Estado, que utilizará una parte, aunque sea pequeña, para construir el acueducto que lleve el agua al municipio vecino de la que está desprovisto. La federación de municipios hará lo mismo ¿Pero no habrá de luchar contra el egoísmo de los municipios ricos en agua?

Una infinidad de egoísmos particulares y colectivos estorbarán, interceptarán y comprometerán la iniciativa popular. Es por esto por lo que, especialmente en el medio agrícola, al interés común (coalición de proletarios contra el patrón para obtener mejoras) sucederán intereses particulares y antagónicos, poniendo en peligro o aniquilando la vida misma de ciertas asociaciones.

A esto se agrega el que la iniciativa popular no conserva siempre su impulso más allá del período insurreccional, de forma que hay que temer en gran manera el «dejar hacer» en el terreno político-administrativo.

Si el movimiento anarquista no adquiere el coraje de considerarse aislado espiritualmente, no aprenderá a actuar como iniciador y propulsor. Si no alcanza la inteligencia política que nace de un racional y sereno pesimismo (que de hecho es el sentido de la realidad) y de un atento y claro examen de los problemas, no sabra multiplicar sus fuerzas encontrando consensos y cooperaciones en las masas.

Es necesario salir del romanticismo. Ver a las masas, diría, en perspectiva. No existe el pueblo homogéneo, sino gentes diversas, categorías. No existe la voluntad revolucionaria de las masas, sino momentos revolucionarios, en los cuales las masas son enormes palancas.

Estar con el pueblo es fácil si se trata de gritar: ¡Viva! ¡Abajo! ¡Adelante! ¡Viva la Revolución!, o si se trata simplemente de luchar. Pero llega el momento en el que todos preguntan: ¿Qué hacemos? Es necesario dar una respuesta. No para hacer de jefe, sino para que la gente no los cree.

«Táctica única» quiere decir uniforme y continua. La Plataforma ha llegado a la «táctica única» por la simplificación del problema de la acción anarquista en el seno de la revolución. Si queremos llegar a una revisión potenciadora de nuestra fuerza revolucionaria no desdeñable, es necesario que desembaracemos el terreno de los apriorismos ideológicos y del cómodo remitir al mañana el planteamiento de los problemas tácticos y reconstructivos. Digo reconstructivos, porque es en las tendencias conservadoras de las masas donde se esconde el mayor peligro de detención y desviación de la revolución.

 Texto extraído de The Anarchist Library
 Escrito en 1927, pedimos por favor que se entienda el contexto de la publicación

El autor: Camillo Berneri (1897-1937)

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Giovannina Caleffi (1897-1961) junto a su compañero Camillo Berneri (1897-1937)

Camillo Berneri, también conocido como Camillo da Lodi (Lodi, 1897 – Barcelona, 5 de mayo de 1937), fue un profesor de filosofía y humanidades de origen italiano y un importante promotor de una particular vertiente del anarquismo revolucionario, que se caracteriza por su flexibilidad, apertura y antidogmatismo. Estuvo casado desde 1917 con Giovannina Caleffi con quien tuvo dos hijas: Marie Louise Berneru y Giliana Berneri.

Comenzó su actividad política como miembro de la Federación Juvenil Socialista de Reggio Emilia, la cual abandonó para integrarse a las filas del anarquismo militante de la Unione Anarchica Italiana. Exiliado por el fascismo italiano arribó a España y se involucró activamente en el proceso revolucionario que se inició en 1936. Participó en la organización de la primera columna miliciana de voluntarios italianos en el frente de Aragón, pero debido a problemas médicos se trasladó a la retaguardia en donde fundó el periódico “Guerra di Classe”. Criticó duramente a los sectores “posibilistas” y “colaboracionistas” del “anarquismo de Estado”, siendo partidario de “la victoria sobre Franco gracias a la guerra revolucionaria”. En la insurrección proletaria conocida como “Las Jornadas de Mayo del ’37” en Barcelona fue secuestrado por contrarrevolucionarios quienes lo asesinaron y arrojaron su cuerpo sin vida a la calle.

Extraído de la solapa del libro “Llamada a los anarquistas y otros textos” de Camillo Berneri, por la Editorial Pensamiento & Batalla.
Otoño, 2018.
Santiago de Chile.

Lo importante no es la caída sino el aterrizaje | Crónica del día que murió Mauricio Morales

Cita

«Salí corriendo sin ninguna gana de llorar para adelante donde habían otros compas, lo único que atinaba a decir es que había sido el Maury, que el Maury estaba muerto, que la tele lo estaba mostrando y que había muerto despedazado por una bomba»

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Para tomar en consideración antes de leer.

Este texto vío a la luz en el libro «Punto de Quiebre: Memorias de lucha desde la región chilena» de Editorial Crimental (Noviembre, 2013) a cuatro años de la muerte de Mauricio Morales, compañero anarquista que muere trágicamente un 22 de Mayo del año 2009, al transportar un artefacto explosivo que aparentemente se dirigía a Escuela de Gendarmeria del Barrio Matta, Santiago.
No queremos contribuir a la «martirización» del compañero como muchos lo han hecho, puesto que la línea editorial de este «periódico» (o blog) no comparte mucho las ideas -insurrecionales- de Mauricio. Pero si creemos que es importante la memoria, y el uso crítico de la historia reciente, sobre todo con compañeros. Y esto por que también creemos que las fronteras ideológicas muchas veces se desvanecen en tiempos de conflicto o tiempos que son algo duros para las personas quienes las transportan. Por ende más allá de pequeñas diferencias, creemos importante que la memoria del Maury, va más allá de sus amigos cercanos, sino que va a todos quienes desean un mundo sin leyes, ni amos -de ningún tipo-.
En este texto nos pareció importante aclarar algunos «chilenismos» que se encuentran, todos entre paracentesis y mencionando que el editor aclara el termino. Esto para que los compañeros y compañeras de otras latitudes puedan entender la crónica.
Por último, queremos destacar que el titulo original es «Lo importante no es la caída sino el aterrizaje. A 4 años de la muerte del Punky Maury«, decidimos sacar lo de «A 4 años de la muerte…» por que evidentemente ya no son 4 años, puesto que los años suben, y el titulo -a nuestro parecer se descontextualiza- y agregamos «Crónica del día que murió Mauricio Morales» puesto que nos pareció algo más atractivo como título. Esperamos que el compañero o compañera que firma como «Un compa Anónimo, con algo de nostalgia, tristeza pero mucho newen» no se enoje mucho por esta pequeña modificación.

PD: Al final del texto adjuntamos unas canciones una dedicada  Mauricio Morales de Banda Zope! (Un Hombre con una Bomba) y el otro de Lengua de Trapo, que desconocemos la motivación de esta banda con el tema, algunos decían que era dedicado a Mauricio, pero el tema se publica en abril del 2009, un mes antes de la acción de Morales. Pero que igual es nostálgica por ende la decidimos incluir, en este pequeño «homenaje» o recuerdo.

Atentamente Grupo Anarquista La Boina.

«El día en que hagan chapitas y poleras con su cara le pintare orejas de Mickey Mouse, me seguiré burlando cariñosamente de él y hasta de su muerte.

Me seguiré burlando cariñosamente de el y hasta de su muerte, con ese humor ácido que tanto hace enojar a los reyes del martirologio y la seriedad, recordando que si no fuese el al que le hubiera pasado eso, seria el primero en irónicamente reírse de la situación y burlarse de la desgracia, a veces uno ríe para no llorar.»

Lo importante no es la caída sino el aterrizaje

«Esto no es un relato fiel de lo que paso el día que el Maury murió, no es una oda a nada (quizás un poco al recuerdo), ni una reflexión política acabada, no entrega respuestas y la verdad no creo que abra preguntas, esto es un relato de las entrañas, un ejercicio individual y subjetivo de rememorar el pasado vivido y cercano, es una forma de no dejar que el Maury se diluya en las hojas del calendario, que no termine mistificado, que no termine olvidado, su recuerdo perdura no solamente por la acción en la que perdió la vida, su memoria continua al vernos reflejados en un compañero mas, que participó activamente por la destrucción de este mundo de miserias, que compartió, se equivoco y acertó en las innumerables aristas que tuvo su vida y que óbito en el difícil camino de rebelarse con lo existente. su defensores y sus falsos críticos, construyendo el mundo que imaginaba en el aquí y el ahora!»

Crónica del día que murió Mauricio Morales

Recuerdo que ese día me desperté bien temprano a eso de las 7:30 y como costumbre para no dormirse de nuevo prendí la tele para que hubiera ruido, la compa con la que compartía en ese tiempo tenia clases en la mañana y entre fríos (me acuerdo harto de ese frió y un par de besos de despedida se fue. La caja de luces murmuraba algo, algo de una bomba, pusimos atención, hablaban de un muerto, a esa hora no estaba claro quien era ni por que, me asuste pensando que podía ser un transeúnte, me dio un escalofrío momentáneo por toda la espina cuando pensé que podía ser un compañero, pero las impresiones fueron vagas y no se podía sacar conclusiones, aparte tenia sueño. la compa se había ido y yo no tenia que hacer nada importante en la mañana, como buen vago me volví a dormir…

«Me asuste pensando que podía ser un transeúnte, me dio un escalofrío momentáneo por toda la espina cuando pensé que podía ser un compañero»

«Lo había visto la semana pasada y para variar me había agarrado pal webeo»

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Mauricio Morales, -o Costra como le decían sus cercanos- en una actividad para los niñxs del Barrio Yungai, disfrazado de Tigre. (Fotografía tomada por la policía en uno de los allanamientos)

Desperté mas tarde a eso de las 12, por un momento no me acordaba de la información de mas temprano, después de remoloneo, gruñidos y bostezos me levante, me acorde al instante de la TV, la encendí y por un momento no puede reaccionar… enmudecí, me quede medio blanco mirando el canal mas fascista de la tele, el Mega, y ahí en toda esa combinación de colores lumínicos y emociones medias desconocidas. la primera imagen que veía era el rostro del Panky, era su foto de la universidad que digámoslo no era las mas bonita, pero le servía al poder para ponerle rostro al compa muerto, si, MUERTO, eso era lo mas difícil de entender, lo había visto la semana pasada y para variar me había agarrado pal webeo, (lo había molestado, Nota del E.) yo le respondía de la misma forma y nos reímos junto a otros compas de nimiedades y tonteras, aun no me saco de la cabeza la ultima vez que lo vi.

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El Santa Claus anarquista de la Guerra Civil Española

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santa claus anarquista

Clemente Farmaraza de las Milicias Antifascistas Vascas, o el Santa Claus anarquista

El donostiarra Clemente Famaraza Sandegui pidió a su comandante de las Milicias Antifascistas Vascas que sus 40 duros de nómina fueran destinados a asegurar juguetes en un hospicio a niños de Madrid el día de Reyes.

Hay nombres y apellidos que son ejemplo humano, pero que no los conoce ni el omnipresente dios sabelotodo Google. Desde hoy sabremos que el donostiarra nómada Clemente Famaraza Sandegui posibilitó en plena Guerra Civil una noche de magos sin reyes, en los que como anarquista no creía: ni en los cristianos portadores de oro, incienso y mirra ni en los soberanos de monarquías o reinos.

Su historia casi de fábula continuaría anónima entre los legajos a conservar con trato cariñoso de guantes y mascarillas si no fuera por Ritxi Zárate, investigador de la asociación Burdin Hesia Ugaon. El analista de Miraballes a modo de regalo de fin de año ha hecho llegar al serial Historias de los vascos una entrevista que la publicación Mundo Gráfico dedicó al ácrata Famaraza, miembro de las Milicias Antifascistas Vascas que operaron en Madrid.

Su biografía despacha kilos de ternura, empatía ideológica, y dispara directa a las conciencias de quienes un día dieron un golpe de Estado, un par de hostias mal dadas a la siempre legítima Segunda República. Hizo falta que Mundo Gráfico desvelara la identidad de un guipuzcoano que fue hospiciano, vendedor de periódicos más tarde y combatiente por las libertades a más de 450 kilómetros de su inclusa.

Hizo falta, tal vez, vivir lo que sintió siendo niño para acabar donando el dinero de sus nóminas navideñas para asegurarse de que el 5 de enero de 1937 algunos menores irían a la cama, acomodando sus cabezas sobre una almohada que soñaba con un mágico despertar al día siguiente.

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[Historia del anarquismo peruano] ¿Quién era Delfín Lévano?

Cita

César Lévano
Director

Extraído del Diario UNO, 9 de agosto del 2015
Saludamos a los compañeros de Perú Libertario que compartieron la noticia

El siguiente texto fue publicado originalmente en la revista Caretas Nº 395, marzo de 1969. Con su sentido histórico y social, Doris Gibson me dijo un día: “¿Por qué no escribe usted un artículo sobre su padre que se titule: ¿Quién era Delfín Lévano?” Debo, pues, gratitud a esa gran mujer. El texto recuerda una etapa del sindicalismo peruano, hoy reprimido, excluido y diezmado por el neoliberalismo de los Fujimori, García y Ollanta Humala, y que, sin embargo, lucha.

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Luis Alberto Sánchez pinta a Delfín Lévano como un dirigente textil (en su libro Haya de la Torre y el Apra). Felipe Cossío del Pomar (en Víctor Raúl) lo describe como un discípulo de Haya en la Universidad Popular González Prada, y distingue a este Lévano de “Lévano, el obrero”. La revista Así acaba de referirse a “los hermanos Lévano” como dirigentes del grupo anarcosindicalista “La Protesta” que conquistara la jornada de 8 horas en el Perú.  Sigue leyendo

Silueta de agitadoras: Carmen Serrano González, Herrera y revolucionaria

Por Uno que vino del Sur.
Publicado en El Surco Nº 42, Enero – Febrero 2013

carmen serranoSon pocas las historias de subversivas que han sido reconstruidas y dadas a conocer. Situación que se explica en parte por la exclusión y minoritaria participación de mujeres en el mundo de la política tradicional en general y en el campo revolucionario en particular; por la ausencia de documentos sobre las mismas; y por la marginación, consciente o inconsciente, de la que han sido objeto, entonces y ahora, por parte de los compañeros e investigadores. Al rescatar la figura de Carmen Serrano González, activa revolucionaria, intentamos aportar un poquito a revertir lo anterior.

Carmen comenzó su participación en las luchas sociales en la segunda década del siglo XX. En esos años se le vio salvando una huelga en el sector de Caleta Abarca, en el puerto de Valparaíso. Sus compañeros llevaban varias jornadas en conflicto y se hallaban desmoralizados y sin fondos. Ella, junto a otras mujeres decidieron entonces salir a las calles a levantar el ánimo y a recaudar fondos para la caja de resistencia. Con la victoria que se derivó del gesto, la Serrano comenzó su pública vida de agitación. Luego de eso debió trasladarse a Santiago en donde participó de las veladas de la Casa del Pueblo, un punto de encuentro cultural y libertario que existió entre 1915 y 1918. El autor teatral Antonio Acevedo Hernández señaló que la conoció allí declamando versos revolucionarios. “Esa gente –decía el dramaturgo autodidacta- no tenía ambiciones definidas; sus ideas eran raras y estaban informadas dentro del deseo utópico, y por utópico bello, de la patria universal sin amos ni criados, donde el amor es una razón de la vida y donde todos lo alcanzan”. Carmen Serrano era herrera. Sabía muy bien ella que no era esa una labor “propia de su sexo”. Y lo apuntaba con orgullo. Sigue leyendo

Silueta de Agitadores: Juan Demarchi, el amigo anarquista de Salvador Allende.

Nota del Grupo Anarquista La Boina:

Adjuntamos un texto de Silueta de Agitadores escrito originalmente en el Surco, también adjuntamos un documento historico aparecido en el periódico Bandera Roja, de Junio del año 1926, donde escribe el mismo Juan Demarchi sobre su supuesta expulsión de Chile.
Finalizamos con adjuntar un extracto del documental «Salvador» donde el mismo Allende habla de su amigo Juan Demarchi. 

Por Manuel de la Tierra
Extraído de El Surco Nº 23, Enero-Febrero 2011

Juan demarchiCuenta la historia que en la adolescencia de Salvador Allende sus pasos se encontraron con los del viejo anarquista porteño Juan Demarchi. Junto a él compartió tardes de ajedrez y largas charlas sobre cuestiones sociales que marcaron al socialista de por vida. Sobre Allende se sabe demasiadono así sobre Demarchi, hombre que, como veremos, fue mucho más que el personaje anecdotario de la biografía del presidente de la Unidad Popular. Demarchi fue un anarquista de toda la vida, una existencia preciosa. Juan Demarchi (también Giovanni De Marchi) nació en Turín en 1864. Desertó del ejército y se fue de su Italia natal en un viaje que lo llevó por diversas Regiones, desplegando en ello una amplia y rica actividad en la propaganda anarquista. Estuvo en Portugal, en Marruecos, en Paris, en Barcelona, en Rio de Janeiro y Buenos Aires. A Chile llegó cuando acababa el siglo XIX, radicándose en Magallanes donde ayudó a organizar los gremios del fin del mundo. Entre 1900 y 1904 vivió y luchó en Lota y Curanilahue, donde participó en la Mancomunal. Luego se fue al norte de la Región chilena y entre 1917 y 1918 participó de las batallas que llevaban adelante las Ligas de Arrendatarios. De allí se vino a la zona central para instalarse en Santiago y Valparaíso. Sigue leyendo

Silueta de Agitadores. Wenceslao Canales Andrade: Peluquero, naturista y anarcosindicalista osornino (1910-2006)

Publicado en El Surco Nº45, Mayo 2013
Por E. G. S.

silueta de agitadoresWenceslao Canales Andrade nació el día 16 de septiembre de 1910 en la ciudad de Osorno, en Rahue Bajo. Se desempeñó a lo largo de su vida como peluquero, oficio que aprendió de forma autodidacta en un salón ubicado a comienzos del siglo XX, en la calle Justo Geisse, en las inmediaciones del Cementerio Católico de la ciudad. Partió haciendo aseo, y poco a poco, fue aprendiendo a cortar el cabello y el oficio con destreza, observando a los peluqueros “profesionales” del local, según el relato de sus hijas. Tempranamente le diagnosticaron epilepsia, después de sufrir sucesivos y violentos ataques en el salón donde oficiaba de aprendiz. Desde ese momento y por influencia del penquista Juan 2° Montoya, quien arribó a la ciudad de Osorno en 1929 huyendo del terror ibañista, se hizo naturista y tuvo sus primeros acercamientos con los grupos anarquistas locales que comenzaban a constituirse en la ciudad, a pesar de la represión de la dictadura del general Carlos Ibáñez del Campo (1927-31). Era ateo y no tuvo ningún vicio: no tomaba, no fumaba y no comía carne. Era vegetariano y practicaba una estricta dieta y estilo de vida. En concordancia con sus postulados, estudió trofología y trofoterapia -por correspondencia- en la Escuela de Naturismo Eutrofológico, dirigida y fundada por el doctor José Castro, en Valencia (España). Novedoso curso que constaba de 390 lecciones y 7 asignaturas. Su vegetal favorito era la acelga que sembraba en su huerta personal, a la que le dedicaba gran parte de su tiempo. Era seguidor del naturista Manuel Lezaeta Acharán. Sigue leyendo