Debate imaginario entre Marx y Bakunin

Cita

Debate imaginario entre Marx y Bakunin – Por Maurice Cranston (1962)
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El 3 de noviembre de 1864, dos grandes personalidades se reunieron en Londres; dos hombres barbudos y canosos, un alemán y un ruso, de enorme intelectualidad, acuden para hablar de sus diferentes visiones sobre el socialismo y sobre la vida en general. Esa diferente concepción de las cosas estaría llamada a conmocionar la historia, y hay que insistir en que todavía lo está. La reconstrucción de aquel diálogo, en el contexto de una tarde fría y neblinosa, en la que ambos hombres tratarían de entrar en calor tomando una taza de té, la llevaría a cabo Maurice Cranston y se emitiría en octubre de 1962 en la BBC de Londres; meses más tarde, reproduciría el texto la revista Anarchy y, al año siguiente, sería traducido al castellano por José Peirats. En la conversación hay cabida para todo: la forma de vivir tranquila y familiar de Marx, las aventuras y la vida errante de Bakunin, los embustes fabricados por Marx contra Bakunin, Proudhon y el origen del anarquismo, el poder, el Estado, la libertad en el socialismo y el socialismo sin libertad…; todo ello con rotundidad, pero también con ironía y respeto mutuo, rasgos que caracterizan a dos grandes hombres con posturas divergentes por razones que la historia ha ido dilucidando.

BAKUNIN. – Mi querido Marx, puedo ofrecerte tabaco y té. Temo, sin embargo, que mi hospitalidad resulte frugal. En estos momentos me hallo empobrecido.

MARX. – Siempre he sido pobre, Bakunin. Todas las formas de la pobreza me son conocidas. Es el peor de los males.

BAKUNIN. – La esclavitud es el peor de los males, Marx, no la pobreza. ¿Una taza de té? Lo tengo siempre a punto; en este Londres las amas de casa son muy atentas. Cuando vivía en Paddington Green había allí una, llamada Gracia -una bonne à tout faire-, que subía y bajaba escaleras todo el día y parte de la noche con mi agua caliente azucarada.

MARX. – Si la clase trabajadora llevase una vida dura en Inglaterra, seria la primera en sublevarse.

BAKUNIN. – Seria… ¿Pero lo será?

MARX. – Ella o los alemanes.

BAKUNIN. – Los alemanes no se insurgirán jamás. Morirán antes de hacerlo.

MARX. – No es cuestión de temperamento nacional, Bakunin; es cuestión de progreso industrial. Allí donde los obreros posean conciencia de clase…

joven bakunin

Jovén Bakunin

 

oBAKUNIN. – No hay conciencia de clase aquí en Inglaterra. La criada de que hablaba antes era completamente dócil, resignada, sumisa. Dábame pena verla tan explotada.

MARX. – Al parecer, tú mismo no dejabas de explotarla.

BAKUNIN. – La explotación reina en Londres por todas partes. En esta vasta ciudad, repleta de miseria, escuálidas, oscuras y sórdidas callejas, nadie se atreve a levantar una barricada. No, Marx éste no es un lugar para un socialista.

MARX. – Sin embargo, es casi el único lugar en que se nos admite. He permanecido aquí quince años.

BAKUNIN. – Lastima que no me conocieras en Paddington Green. Estuve allí mas de doce meses. Al examinar tú tarjeta ayer, recordé que nuestros caminos no se habían cruzado desde los viejos días de París.

MARX. – Tuve que abandonar París en 1845. Sigue leyendo