Anarquismo, género y sexualidad – Revista La Brecha

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En Chile, los estudios de género y del anarquismo son relativamente recientes a diferencia de otras líneas de investigación que han tenido un mayor desarrollo dentro de la disciplina histórica desde su profesionalización (1). Ambos nacieron de forma paralela como consecuencia de las transformaciones epistemológicas (y reacomodos) que operaron al interior de la historiografía local a mediados de la década de los ochenta, así como de las influencias de la historiografía internacional, principalmente europea y norteamericana. Los estudios de género de Joan W. Scott, Natalie Zemon Davis, Julie Des Jardin, Bonnie Smith, entre otras historiadoras, vinieron a relevar el rol que han jugado las mujeres dentro de la sociedad occidental (que las ha invisibilizado inclusive en la actualidad), y permitieron, en consecuencia, problematizar categorías y construir nuevos modelos analíticos, que han influido en el cultivo y ampliación de la historiografía en sus lugares de origen, pero también y, por extensión, en América Latina y en otras regiones. Es más, la historia feminista que en sus inicios fue acusada de ser “demasiado blanca, demasiado clase media y demasiado heterosexual” –como señala Iggers-, dio paso desde la década de 1990 a los “estudios de género”, es decir, a aquellos centrados en la relaciones de hombres y mujeres en un determinado contexto histórico-social. Ellos han ampliado el abanico de investigaciones históricas que se han centrado, entre otras temáticas, en la estratificación económica, la etnicidad, la orientación sexual, la legislación y las costumbres. Como señala el historiador Georg G. Iggers: “Para las teóricas feministas como Joan Scott, los patrones de dominación patriarcal estaban profundamente presentes en el lenguaje tradicional y en la tradición “logocéntrica” de la filosofía occidental desde la antigüedad clásica. Por ello llamaba a la deconstrucción de todos los textos históricos, políticos y filosóficos occidentales”(2). Propuesta, sin duda, lúcida y propositivamente radical, que tuvo eco en sus sucesores/as y epígono/ as. De hecho, llevó a que las/os historiadoras/es feministas estudiaran desde el punto de vista empírico los medios a través de los cuales las mujeres, y otros grupos subordinados y marginados, buscaron transformar el statu quo, examinando, además, aquellos procesos cruciales de la historia a partir de una perspectiva de género: el surgimiento del capitalismo, la esclavitud y la emancipación, las luchas por derechos civiles y sociales, y los movimientos de liberación en el mundo colonizado, entre otros. Dicha revisión y reproblematización de la historia permitió que las mujeres, y en particular, la violencia a la que han sido sometidas -por los pilares del sistema de dominación capitalista-patriarcal-, poco a poco, irrumpieran en los relatos historiográficos, cuestión que no puede ser obviada en la actualidad a pesar que muchas autoridades académicas y políticas (de distintas trincheras ideológicas) niegan al día de hoy su real participacióne importancia a nivel histórico, menospreciando e invisibilizando sus luchas y demandas.

La lucha por la libertad sexual: «Los Celos»; Émile Armand

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Ocuparse del problema social y olvidar los estragos y la repercusión de este terrible azote social que son los celos sexuales en la humanidad, me parece un ilogismo.

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He aquí varias razones en apoyo de esta opinión:

Los celos causan, un año con otro, de mil a mil doscientas víctimas en Francia [N. del E. el texto fué públicado en 1935]. Esta cifra no concierne, claro está, más que a los dramas y a los estragos de los celos conocidos públicamente. Si la proporción es la misma fuera de Francia, son de 40 a 50.000 víctimas las que este aspecto de la locura inmolaría anualmente.

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2° Hay que considerar los medios a que recurren los celosos para saciar su furor. Se asesina por los celos sexuales, sirviéndose de tijeras, puñales, limas, estiletes, cuchillos de diversas clases, martillos, hachas, hachuelas, cuchillas, cortafríos, trinchetes, navajas de afeitar, flechas, navajas diversas, hoces, machetes, sables, revólveres, ametralladoras, fusiles, etc. Para matar, y matarse, los celosos recurren al envenenamiento, a la defenestración, al ahorcamiento, a la inmersión, a la estrangulación, al escalamiento, etc. Emparedan, calcinan, cortan en trozos, crucifican. La extracción de los ojos, el arrancamiento de la nariz, de las orejas, la ablación de las pares sexuales y de los pechos, y también otras mutilaciones, figuran en el catálogo de los suplicios infligidos a los seres que los celosos pretenden amar con un amor sin rival. No hablo aquí de las denuncias a la justicia. Las cárceles centrales están llenas de pobres pelafustanes proporcionados por celosos de uno y otro sexo. (Si alguien me acusara de exagerar en cuanto a la variedad de los medios puestos en acción para vengarse, le remitiría a un estudio profundo de la sección de los gramas pasionales en los periódicos de Francia y del extranjero).

3° los gestos de usurpación o los crímenes a los cuales llevan los celos que necesitan la intervención de la justicia y el juego de las sanciones penales, esos actos fortalecen las instituciones autoritarias y estrechan más las mallas del contrato social impuesto (1). Sigue leyendo

“Anarquismo y sexualidad”, por Helena Andrés Granel

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Este trabajo apareció originalmente en la Revista de Estudios Libertarios Germinal, editada en Madrid, España.

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Tradicionalmente la sexualidad se ha concebido como un ámbito de la experiencia humana situado al margen del discurso, y concretamente, al margen del discurso político, al ser entendida como una pulsión o instinto natural(1). Sin embargo, lejos de estar inscrita en la naturaleza, la sexualidad se construye discursivamente (2) y desempeña un papel esencial en la conformación de un determinado orden social. De esta forma es regulada de distintos modos en los distintos sistemas sociales, que propician, favorecen e institucionalizan determinadas formas de expresión sexual al tiempo que actúan de forma coercitiva o directamente prohibitiva con respecto a otras que se consideran potencialmente peligrosas y desestabilizadoras del orden social.

La sexualidad no se encuentra aislada del ámbito político, sino que constituye en sí misma una cuestión política

 

Sexualidad y reproducción son reguladas socialmente, al tiempo que las modificaciones y transformaciones en los discursos y las prácticas sexuales constituyen un aspecto trascendental, y no marginal, en los procesos históricos.

Es por ello que la sexualidad debe ser historizada, es decir, analizada y contemplada desde una perspectiva histórica y sociocultural. Como construcción sociocultural e histórica, la sexualidad no se encuentra aislada del ámbito político, sino que constituye en sí misma una cuestión política, siendo el sistema sexual parte esencial del sistema social. Desde esta perspectiva es especialmente interesante el análisis del discurso anarquista con respecto a la sexualidad. Esto es así por dos razones fundamentalmente: en primer lugar, el anarquismo conectó abiertamente las esferas política y sexual, al considerar que el proceso de cambio social debía darse de forma paralela en el ámbito personal y en el político; en segundo lugar, en consecuencia puso en circulación discursos alternativos y contra-hegemónicos con respecto a los discursos dominantes sobre la sexualidad, de forma coherente con su concepción de lo que debía ser una organización social antiautoritaria. Sigue leyendo

El androcentrismo de los movimientos revolucionarios y su materialización en el contexto del movimiento estudiantil en Chile

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El androcentrismo de los movimientos revolucionarios y su materialización en el contexto del movimiento estudiantil en Chile

Por Francisca Barrientos
Integrante del Club de Lectura Feministas Lúcidas
Publicación extraída de Erosión, Revista de Pensamiento Anarquista, N°6.
Primavera-Verano de 2016

Aunque el macho se vista de izquierda84275249_n

«El patriarcado es por necesidad el punto de partida de cualquier cambio social radical. Y ello no sólo porque constituye la forma política a la que se encuentra sometida la mayoría de la población (las mujeres y los jóvenes), sino también porque representa el bastión de la propiedad y de los intereses tradicionales. Los matrimonios son alianzas económicas y los hogares entidades semejantes a las corporaciones. De acuerdo con un investigador de la institución familiar, <<la familia es la piedra angular del sistema basado en la estratificación y el mecanismo social que lo mantiene>>»

Kate Millet, en «Teoría de la política sexual»
(Política sexual. Madrid: Cátedra, 1995)

 

Palabras preliminares:

El presente texto constituye una reflexión teórico-práctica, por lo tanto presentaremos perspectivas teóricas sacadas de la comodidad de su planteamiento en abstracto y las revisaremos a la luz de los cuestionamientos que emergen de la práctica enmarcada en contextos específicos.

Aclaramos antes de la lectura (debido al desconocimiento generalizado respecto del tema, no por la búsqueda de validación de los movimientos de izquierda que quieren encajar “género” y clase irreflexivamente) que con feminismo nos referimos a la corriente de pensamiento y a la práctica política que ha reivindicado la existencia de las mujeres en relación con la estructura patriarcal, que hasta el día de hoy ordena a la sociedad y que a nosotras nos oprime. Entendemos que un análisis radical de la sociedad patriarcal implica una crítica a la civilización masculina. Esto recae en sus núcleos organizativos como lo son la familia y el estado, y los modos de explotación como el capitalismo, el colonialismo y el especismo. Comprendemos que los hombres son herederos y reproductores de la cultura autoritaria que sus patriarcas han instaurado, y es en este sentido que creemos en un posible diálogo entre el anarquismo y el feminismo; en el cuestionamiento profundo al jerarquizado orden social. Para llegar a eso es preciso poner a dialogar seriamente ambas propuestas políticas -sin deslegitimar misóginamente al movimiento feminista como lo ha hecho la izquierda en general y una parte del anarquismo- escuchando y comprendiendo los análisis del patriarcado que han sido desplegados de modo mucho más serio a como lo podría hacer el anarquismo por sí solo, sea porque su conducción hegemónicamente masculina lo ha llevado a un vago reconocimiento del problema o a la derecha omisión del patriarcado y sus aliados.

La violencia machista en el contexto del movimiento estudiantil:

Para situar las teorías en relación con las opresiones que identifican cada una de ellas es necesario un escenario real sobre el que sustentarse, en nuestro caso todas las ideas aquí revisadas han tenido como telón de fondo el llamado “movimiento estudiantil”.

Desde nuestra experiencia organizativa en este, que en Chile tiene una incidencia social importante desde el año 2006 alcanzando su punto más álgido el año 2011, hemos venido vivenciando transformaciones en nuestras perspectivas políticas.

Durante la organización secundaria del año 2011 vivimos la movilización social estudiantil, en este caso por la educación pública, de una forma muy rica en términos asociativos, en tanto logramos establecer nuevos vínculos sociales entre compañeras y entre compañeros, al mismo tiempo que fue una característica extendida entre secundarias y secundarios una fuerte identificación con la anarquía como práctica política que prescinde de jerarquía y que propugna horizontalidad en la organización. Al entrar a la universidad y ver el movimiento estudiantil a nivel universitario muchas cosas que ya habíamos concebido como obvias se fueron al tacho de la basura. Sigue leyendo

Fuego Queer: Historia de la Brigada George Jackson y del colectivo gay anticarcelario «Hombres contra el Sexismo” (1975-1978)

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Extraído de Cultura y Anarquismo

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En 1971 moría asesinado a manos de sus carceleros George Jackson, preso afín al Partido Pantera Negra. Su espíritu fue recogido años más tarde por un grupo heterogéneo de militantes de la ciudad de Seattle (Washington). La Brigada George Jackson aglutinó a anarquistas, comunistas, maricas, bolleras, heterosexuales, gente negra, blanca y de ascendencia nativa. Su origen de clase muy baja, con habituales entradas y salidas de los presidios y una cotidiana represión policial y social, era uno de sus puntos de unión. Su compromiso por atacar las instituciones del estado y destruir todo aquello que les oprimía en muchas de sus múltiples formas, fue lo que les hizo constituirse como uno de los grupos armados de EEUU de la convulsa década de los 70.

La presente edición rompe con años de desconocimiento sobre la historia de la Brigada, relegada ante el protagonismo que otras bandas armadas como la Weather Underground o el Ejército Simbiótico de Liberación tuvieron en esa época. La mezcla de sus opresiones con planteamientos anticapitalistas y, una vez en prisión, englobándolos dentro de la lucha contra la cárcel, les convierte en uno de los colectivos más genuinos y rompedores de las últimas décadas de historia de lucha contra el sistema.

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Mal de Amores, Errico Malatesta

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Extraído del libro «El Amor Libre, Eros y Anarquía»
compilado por Osvaldo Baigorria.

Nota por Coyote: Siempre como anarquistas solemos pensar en la revolución, en la lucha de los trabajadores, de los estudiantes, estamos constantemente compartiendo artículos de Geografía con Reclús, de Ciencia con Kropotkin, de Filosofía con Bakunin, y ni hablar de Historia. Ahora llegó el momento de problematizar la anarquía desde lo mas tierno de nuestro ser, en algo muy personal de nosotras mimas. ¿Que puede ser más personal que el amor? El amor de pareja, amor a la compañera o compañero. No es un tema nuevo, puesto que se ha propuesto diversas posturas, como lo es El Poliamor, El poliamor jerárquico, la pareja no exclusiva, o incluso de abolir la familia y el amor en sí. 
Malatesta, si bien no entra de cuajo en estos términos más actuales. Logra poner en debate lo mas esencial que hemos pensado para disminuir el sufrimiento de los corazones. Siempre apelando a la comprensión y al entendimiento.
Errico lográ poner en punto de tensión que incluso después de la revolución podremos solucionar muchos males: los de la explotación, los del hambre, la competencia, pero nunca lograremos solucionar del todo El Mal de Amor.

Mal de Amores, Errico Malatesta.

Malatesta«Digámoslo de inmediato: nosotros no tenemos ninguna solución para remediar los males que provienen del amor, porque éstos no se pueden destruir con reformas sociales ni con un cambio de costumbres. Están determinados por sentimientos profundos, podríamos decir fisiológicos del hombre, y no son modificables, cuando lo son, sino por una lenta evolución y de un modo que no podemos prever.

Queremos la libertad; queremos que los hombres y las mujeres puedan amarse y unirse libremente sin otro motivo que el amor, sin ninguna violencia legal, económica o física. Pero la libertad, aun siendo la única solución que podemos y debemos ofrecer, no resuelve radicalmente el problema, dado que el amor, para ser satisfecho, tiene necesidad de dos libertades que concuerden y que a menudo no concuerdan de modo alguno; pues la libertad de hacer lo que se quiere es una frase desprovista de sentido cuando no se sabe querer algo.

Es muy fácil decir: «Cuando un hombre y una mujer se aman, se unen, y cuando dejan de amarse, se separan«. Pero sería necesario, para que este principio se convirtiese en regla general y segura de felicidad, que se amaran y cesaran de amarse al mismo tiempo. Pero ¿y si uno ama y no es amado? ¿Y si mientras uno ama, el otro ya no lo hace y trata de satisfacer a una nueva pasión? ¿Y si uno ama al mismo tiempo a varias personas que no pueden adaptarse a esa promiscuidad? Sigue leyendo