A Pepe, Cristina y Ronald, compañeros del Uruguay
«¿Cómo se espera que una sociedad igualitaria y libre surja de una organización autoritaria? Es imposible. La Internacional, debe ser desde ahora la imagen fiel de nuestros principios de libertad y de federación, y debe alejar de su seno todo principio tendiente a la autoridad y a la dictadura.»
Federación Jurasiana

En abril de 1999, se realizó en Córdoba, Argentina, el “Encuentro anarquista de Córdoba”. Durante dicha ocasión, Christian Ferrer realizó una exposición titulada “El sujeto de cambio en el modelo actual”, en la cual dividía el anarquismo en varias fases, todas ellas muy rápidas, fluidas y acuáticas. La primera de éstas la denominaba “fase carbonaria”, pues su principal característica era que las primeras organizaciones anarquistas estaban constituidas por personas que se conocían entre sí y que existían gracias a la existencia del correo postal del siglo XIX. El ejemplo más claro es del infatigable Mijail Bakunin: escribía cartas todo el tiempo, a todos lados, sobre diversos temas. Tanto así que, incluso, gran parte de su obra intelectual está compuesta por cartas.
Cuando los y las anarquistas decidieron reunirse en 2012 a 140 años del memorable Congreso de Saint Imier, fue, justamente, para conmemorar esa gloriosa y fecunda era carbonaria, no a modo de replicar las formas y tendencias de finales del 1800, sino para demostrar que la corriente libertaria sigue viva a nivel mundial, que ella contiene múltiples formas de organización y que ha decidido enfrentar el desafío de articularse como una propuesta clara en el siglo XXI, más aún cuando, tal como lo señalan las y los organizadores, a 140 años después del congreso de Saint-Imier, la explotación y la alienación de los trabajadores-as siguen tan brutales. La ilusión marxista se ha disipado en vista de las dictaturas comunistas. El capitalismo vive de crisis en crisis, crisis social, crisis política, a las cuales se añade ahora la crisis ecológica.
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Saint-Imier, tierra de energías
Saint Imier es una localidad pequeña: su población es de cuatro mil habitantes aproximadamente y el ancho de su extensión se limita a la depresión que existe entre el Mont Soleil y el Mont Crosin, los cuales, a su vez, forman un hermoso valle dividido por un pequeño arroyo que alimenta a los árboles y a las plantas del valle jurasiano.
Específicamente, Saint Imier está situado en el distrito del Jura bernés (cantón de Berna). Como podrán imaginar, este es el motivo por el cual se denominó a la reconocida federación de grupos antiautoritarios de la Asociación Internacional de Trabajadores como “Federación Jurasiana”. La lengua oficial es el francés (en otras regiones son el alemán, el italiano y el romanche). Con cierta frecuencia, suenan las campanas de la iglesia, y el comercio cierra más temprano que en otras regiones. El Mont Soleil no sólo posee un observatorio astronómico (donde festejan a las estrellas en el mes de agosto), sino que también tiene un gran cráter producido por el impacto de un meteorito en el noreste de Saint Imier. La cima del monte está conectada por un funicular que se alimenta de energía verde. Sigue leyendo →