Entrevista realizada por Domenico Ludovic en Barcelona, el 6 de octubre de 1937.
Publicada por vez primera: Il Risveglio Anarchico, Ginebra, año XXXV, N° 984, 23-X-1937. Luego citada por Azaretto en “Las pendientes resbaladizas”, Montevideo, 1937, con un párrafo traducido e incorporado en cursiva.
Se extrajo de marxists.org
Es ya la segunda vez que Emma Goldman, la muy célebre propagandista anarquista, viene a España. Acudió enseguida el año pasado, después de las jornadas de julio, ofreciendo su solidaridad, inteligencia y experiencia, a favor de la causa por la que lucha desde hace cincuenta años con fe, pasión y sacrificios. Es pues la segunda vez que me encuentro con ella para intercambiar unas impresiones en una breve conversación. Y le hice esta pregunta:
Podría verte de nuevo, Emma, no para una larga entrevista, sino para precisar bien tu pensamiento para los lectores del Risveglio anarchico de Ginebra.
Sin vacilar un segundo me contestó:
Vale. Prepara tus preguntas, y nos podemos encontrar mañana.
De hecho, a la hora convenida, nos encontramos en un cuartito de la Regional que le sirve de despacho durante su estancia y allí empieza la conversación.
Ante todo dime ¿cómo encuentras a España, y en especial Cataluña, desde los meses en que no estuviste?
Evidentemente ¿quién no ve que todo ha cambiado? ¿quién no ve que los compañeros de la CNT-FAI, dominando ya de la situación y estando en los puestos de mayor responsabilidad, ahora lo han perdido todo, si bien tienen quizás más que antes la masa fiel a los dos organismos? ¿Quién no sabe y no ve que los comunistas, de momento en la dirección de la cosa pública, no tienen ningún éxito? El pueblo los detesta y terminado el chantaje debido a los suministros rusos de armas, bien pagadas además pero absolutamente necesarias, en tierra de España el estalinismo no arraigará nunca. Conviene por lo tanto aguardar y todo deja esperar que, liquidada la guerra, la vuelta a la acción directa nos llevará a las posiciones perdidas, siempre que no se repitan funestos errores. Sigue leyendo