María Lacerda Moura
(Minas Gerais, 16 de mayo de 1887- Rio de Janeiro, 20 de marzo de 1945)

Profesora, conferencista, escritora y periodista brasilera, se alineó en el movimiento libertario sin asir a un ideario definido: su meta de librepensadora es la libertad y la reeducación del ser humano a fin de prepararlo para una participación sin preconceptos en un mundo libre, por el cual luchaba. Sus ideas tuvieron amplia difusión en los medios anarquistas, tanto en Brasil como en Argentina, Chile y España, escribiendo sobre ella recordados ácratas como el doctor Juan Lazarte, de Argentina, o Federica Montseny, quien la define como «sol irradiando entre sombras, alma vibrante clamando en el silencio de la inconscistencia, mano piadosa enderezando las torcidas sendas, energía creadora surgiendo como una realidad alegra y fecunda«.
En 1926 publica «Religión del amor y de la belleza» (Sao Paulo), obra «Que es un canto de amor consciente y un conjunto de bellezas», según escribió Antonia Maymón. Llegado en 1928, inició una experiencia de vida comunitaria en Guararema, Estado de Sao Paulo.
Otros de sus libros fueron: La fraternidad en la escuela (1922), La mujer de hoy y su papel en la sociedad (1923), ¿La mujer es una degenerada? (1924), Ámense y no os multipliquéis (1931) y Han Ryner y el amor Plural (1933)
Extraído de «Emancipación. Las anarquistas y la liberación de las mujeres» de Editorial Eleuteria.
El siguiente texto es sacado del libro «Emancipación. Las anarquistas y la liberación de las mujeres» de Editorial Eleuteria, escrito por María Lacerda de Moura. El texto aparece en la revista Estudios (Valencia, España). La primera parte se publicó en el número 95 de julio de 1931, mientras que la segunda parte es del número 100, de diciembre del mismo año. En ambos casos el traductor firmo como «Zeus».
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¿Tiene sexo la inteligencia?
Las dos grandes razas sociales
Maria Lacerda de Moura
Brasil, 1931
I
No estará demás que declare, ante todo, que no soy feminista, no pertenezco a ningún partido, no exploto ni me sirvo de ninguna grey, no ejerzo ningún apostolado, no tengo religión alguna ni rumio en ningún rebaño académico o moraliteísta. Solo creo en mi dios interior que sueña con mis sueños, duerme, se solaza y aspira en cada uno de los estremecimientos de la Naturaleza buscando constantemente una forma siempre más bella en la fantasmagoría de los mundos y de los sueños…
Estoy libre de muletas. Me he emancipado de todas las iglesias religiosas y laicas. Sigue leyendo →